El año de la inteligencia artificial
La revolución tecnológica de la IA, el rechazo de Chile a otra propuesta constitucional y más para estar al día.
El debate sobre la inteligencia artificial podría resumirse en una pregunta: ¿esta tecnología beneficiará a la humanidad o causará su destrucción?
En 2023, la IA, que solía ser una inquietud de la ciencia ficción, se ha vuelto tangible y apremiante. En noviembre del año pasado se lanzó ChatGPT, un bot conversacional que da información, explica conceptos y resume ideas en frases sencillas. Al poco tiempo, había millones de usuarios asombrados con la capacidad del chatbot para escribir poesía, realizar trabajo tedioso o incluso redactar documentos legales. Al mismo tiempo se pudo ver un lado más turbio: podía facilitar la creación de textos, imágenes, audios y videos ultrafalsos que promueven desinformación o eliminar puestos de trabajo.
El debate sobre beneficios versus daños no se limitó a la discusión académica o periodística: también se expresó al interior de la propia OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, cuando en cuestión de días despidió y volvió a reinstalar a Sam Altman, su director ejecutivo.
La saga sobre la salida abrupta y el regreso de Altman, uno de los rostros más visibles de esta tecnología, “fue la culminación de años de tensiones latentes en OpenAI, que confrontaron a quienes estaban alarmados por el poder de la IA con quienes veían en la tecnología una oportunidad única de obtener beneficios y prestigio”, escribieron Tripp Mickle, Cade Metz, Mike Isaac y Karen Weise en un fascinante reportaje sobre el caos interno de la empresa..
El debate no es tan sencillo, y no se reduce a elegir entre velocidad y seguridad, según plantea el profesor De Kai, pionero del aprendizaje automático y especialista en ética de la inteligencia artificial.