Las campañas electorales de Argentina recurren a la IA
Los afiches que salpican las calles de Buenos Aires tienen un cierto toque soviético.
Había uno de Sergio Massa, uno de los candidatos presidenciales de Argentina, vestido con una camisa con lo que parecían ser medallas militares, señalando a un cielo azul. Lo rodeaban cientos de personas mayores —con atuendos monótonos, rostros serios y a menudo desfigurados— que lo miraban con esperanza.
El estilo no era un error. El ilustrador había recibido instrucciones claras.
“Ilustración de afiche de propaganda política soviética de Gustav Klutsis con un líder, masssa, de pie y firme”, decía un mensaje que la campaña de Massa introdujo en un programa de inteligencia artificial para producir la imagen. “Símbolos de unidad y poder llenan el entorno”, continuaba el comando o prompt. “La imagen irradia autoridad y determinación”.
Javier Milei, el otro candidato en la segunda vuelta electoral del domingo, ha contraatacado compartiendo lo que parecen ser imágenes creadas con inteligencia artificial que representan a Massa como un líder comunista chino y a sí mismo como un adorable león de dibujos animados. Han sido vistas más de 30 millones de veces.
Las elecciones argentinas se han convertido rápidamente en un campo de pruebas para la inteligencia artificial en las campañas electorales, con los dos candidatos y sus partidarios empleando la tecnología para adulterar imágenes y videos existentes y crear otros desde cero.
La inteligencia artificial ha hecho que los candidatos digan cosas que no decían y los ha colocado en películas y memes famosos. Ha generado carteles de campaña y desencadenado debates sobre si los videos reales son efectivamente reales.
El papel destacado de la inteligencia artificial en la campaña de Argentina y el debate político que ha suscitado subrayan la creciente prevalencia de la tecnología y demuestran que, con su creciente poder y su costo cada vez menor, es probable que ahora sea un factor en muchas elecciones democráticas de todo el mundo.
Los expertos comparan este momento con los primeros días de las redes sociales, una tecnología que ofrece nuevas y tentadoras herramientas para la política, así como amenazas imprevistas.
La campaña de Massa ha creado un sistema de inteligencia artificial que puede crear imágenes y videos de muchos de los principales protagonistas de las elecciones —los candidatos, los compañeros de fórmula, los aliados políticos— haciendo una gran variedad de cosas.
La campaña ha usado inteligencia artificial para retratar a Massa, el serio ministro de Economía de centroizquierda, como fuerte, intrépido y carismático, incluyendo videos que lo muestran como soldado en una guerra, un Cazafantasmas e Indiana Jones, así como afiches que evocan al cartel “Hope” de la campaña de 2008 de Barack Obama y a una portada de The New Yorker.
La campaña también ha usado al sistema para retratar al candidato oponente, Milei —un economista libertario de extrema derecha y figura televisiva conocida por sus arrebatos—, como inestable, colocándolo en películas como La naranja mecánica y Pánico y locura en Las Vegas.
Mucho del contenido ha sido claramente falso. Pero un puñado de creaciones pisaron la línea de la desinformación. La campaña de Massa produjo un video ultrafalso, conocido como deepfake en inglés, en el cual Milei explica cómo funcionaría un mercado de órganos humanos, algo que él ha dicho que filosóficamente encaja con sus opiniones libertarias.
“Imaginate tener hijos y pensar que cada uno de ellos es como una inversión a largo plazo. No en el sentido tradicional, sino pensando en el potencial económico de sus órganos en el futuro”, dice la imagen manipulada de Milei en el video falsificado, publicado por la campaña de Massa en su cuenta de Instagram para inteligencia artificial llamado IAxlaPatria.
La leyenda de la publicación dice: “Le pedimos a una Inteligencia Artificial que lo ayude a Javier a explicar el negocio de la venta de órganos y esto sucedió”.
En una entrevista, Massa dijo que la primera vez que vio lo que la inteligencia artificial podía hacer se quedó impactado. “No tenía la cabeza preparada para el mundo que me iba a tocar vivir a mí”, dijo. “Es un enorme desafío, estamos arriba de un caballo al que tenemos que cabalgar y no le conocemos las mañas”.
The New York Times entonces le mostró el ultrafalso que su campaña había creado en donde aparece Milei hablando de los órganos humanos. Pareció perturbado. “Sobre ese uso no estoy de acuerdo”, dijo.
Su vocero luego recalcó que la publicación era en broma y que estaba claramente etiquetada como generada por inteligencia artificial. Su campaña aseguró en un comunicado que su uso de la tecnología es para divertir y hacer observaciones políticas, no para engañar.
Los investigadores hace tiempo que han expresado preocupación por los efectos de la IA en las elecciones. La tecnología tiene la capacidad de confundir y engañar a los votantes, crear dudas sobre lo que es real y añadir desinformación que puede propagarse por las redes sociales.
Durante años, dichos temores han sido de carácter especulativo puesto que la tecnología para producir contenidos falsos de ese tipo era demasiado complicada, costosa y burda.
“Ahora hemos visto esta total explosión de conjuntos de herramientas increíblemente accesibles y cada vez más potentes que se han democratizado, y esa apreciación ha cambiado de manera radical”, dijo Henry Ajder, experto afincado en Inglaterra que ha brindado asesoría a gobiernos sobre contenido generado con IA.
Este año, un candidato a la alcaldía de Toronto empleó imágenes de personas sin hogar generadas por IA de tono sombrío para insinuar cómo sería Toronto si no resultaba electo. En Estados Unidos, el Partido Republicano publicó un video creado con IA que muestra a China invadiendo Taiwán y otras escenas distópicas para ilustrar lo que supuestamente sucedería si el presidente Biden ganara la reelección.
Y la campaña del gobernador de Florida, Ron DeSantis, compartió un video que mostraba imágenes generadas por IA donde aparece Donald Trump abrazando a Anthony Fauci, el médico que se ha convertido en enemigo de la derecha estadounidense por su papel como líder de la respuesta nacional frente a la pandemia.
Hasta ahora, el contenido generado por IA compartido por las campañas en Argentina ha sido etiquetado para identificar su origen o es una falsificación tan evidente que es poco probable que engañe incluso a los votantes más crédulos. Más bien, la tecnología ha potenciado la capacidad de crear contenido viral que antiguamente habría requerido el trabajo de equipos enteros de diseñadores gráficos durante días o semanas.
Meta, la empresa dueña de Facebook e Instagram, dijo esta semana que iba a exigir que los avisos políticos indiquen si usaron IA. Otras publicaciones no pagadas en sitios que emplean esa tecnología, incluso relacionados con política, no iban a requerir indicar tal información. La Comisión Federal de Elecciones en EE. UU. también está evaluando si va a regular el uso de IA en propaganda política.
El Instituto de Diálogo Estratégico, un grupo de investigación con sede en Londres que estudia las plataformas de internet, firmó una carta en la que se hace un llamado a implementar este tipo de regulaciones. Isabelle Frances-Wright, la directora de tecnología y sociedad del grupo, comentó que el uso extenso de IA en las elecciones argentinas era preocupante.
“Sin duda considero que es un terreno resbaladizo”, dijo. “De aquí a un año lo que ya se ve muy real solo lo parecerá más”.
La campaña de Massa dijo que decidió usar IA en un esfuerzo por mostrar que el peronismo, el movimiento político de 78 años de antigüedad que respalda a Massa, es capaz de atraer a los votantes jóvenes al rodear la imagen de Massa de cultura pop y de memes.
Para lograrlo, ingenieros y artistas de la campaña subieron a un programa de código abierto llamado Stable Diffusion fotografías de distintas figuras políticas argentinas a fin de entrenar a su sistema de IA para que creara imágenes falsas de esas personas reales. Ahora pueden producir con rapidez una imagen o un video en donde aparezcan más de una decena de notables personalidades de la política de Argentina haciendo prácticamente lo que le indiquen.
Durante la campaña, el equipo de comunicación de Massa instruyó a los artistas que trabajaban con la IA de la campaña sobre los mensajes o emociones que deseaban suscitar con las imágenes, por ejemplo: unidad nacional, valores familiares o miedo. Los artistas luego hacían lluvia de ideas para insertar a Massa o a Milei, así como a otros políticos, en contenido que evoca películas, memes, estilos artísticos o momentos históricos.
Para Halloween, la campaña de Massa le pidió a su IA que creara una serie de imágenes caricaturescas de Milei y sus aliados en donde parecieran zombis. La campaña también empleó IA para crear un tráiler cinematográfico dramático en donde aparece Buenos Aires en llamas, Milei como un villano malvado en una camisa de fuerza y Massa en el papel del héroe que va a salvar el país.
Las imágenes de IA también han hecho su aparición en el mundo real. Los afiches soviéticos estuvieron entre las decenas de diseños que campaña y seguidores de Massa imprimieron y pegaron en los espacios públicos de Argentina.
Algunas imágenes fueron generadas por la IA de la campaña mientras que otras fueron creadas por simpatizantes que usaron IA, entre ellas una de las más conocidas, una en la que Massa monta un caballo al estilo de José de San Martín, héroe de la independencia argentina.
“Massa estaba muy acartonado”, dijo Octavio Tome, organizador comunitario que ayudó a crear la imagen. “Esa imagen da un Massa con impronta jefe. Hay algo muy fuerte de la argentinidad”.
El surgimiento de la inteligencia artificial en las elecciones argentinas también ha causado que algunos votantes duden de la realidad. Luego de que la semana pasada circuló un video en donde se veía a Massa exhausto tras un acto de campaña, sus críticos lo acusaron de estar drogado. Sus seguidores rápidamente respondieron que el video en realidad era un deepfake.
No obstante, su campaña confirmó que el video era, en efecto, real.
Massa comentó que la gente ya estaba usando la tecnología para intentar encubrir errores del pasado o escándalos. “Es muy fácil escudarse en la inteligencia artificial cuando aparecen cosas que dijiste y no querías que se supieran”, dijo Massa en la entrevista.
Al principio de la contienda, Patricia Bullrich, una candidata que no logró pasar a la segunda vuelta, intentó explicar que eran falsas unas grabaciones de audio filtradas en donde su asesor económico le ofrecía trabajo a una mujer a cambio de sexo. “Te hacen voces con inteligencia artificial, te recortan videos, te meten audios que nadie sabe de dónde salen”, dijo.
No está claro si los audios eran falsos o reales.
Jack Nicas es el jefe de la corresponsalía en Brasil, que abarca Brasil, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Anteriormente reportó sobre tecnología desde San Francisco y, antes de integrarse al Times en 2018, trabajó siete años en The Wall Street Journal. Más de Jack Nicas